‘The New York Times’ demanda a Microsoft y a OpenAI por usar sus textos sin permiso

Como parte de la demanda se incluyen ejemplos de varios textos producidos por GPT-4 (uno de los productos de OpenAI) que son casi indistinguibles de algunas investigaciones publicadas por el medio.
El periódico The New York Times ha presentado una demanda este miércoles contra Microsoft y la empresa de inteligencia artificial OpenAI por utilizar sus textos sin permiso para entrenar a sus modelos de IA.

«A través de Bing Chat de Microsoft (recientemente renombrado ‘Copilot’) y ChatGPT de Open AI, los demandados buscan aprovecharse de la enorme inversión de The Times en su periodismo, usándolo para construir productos sustitutivos sin permiso ni pago», se puede leer en la demanda, presentada en un tribunal de Manhattan.
El periódico no busca una compensación económica concreta, pero sí que se haga responsables a los demandados de «miles de millones de dólares» en daños y perjuicios, y que se destruyan los modelos de IA que utilizan información con ‘copyright’ de The New York Times.
Como parte de la demanda se incluyen ejemplos de varios textos producidos por GPT-4 (uno de los productos de OpenAI) que son casi indistinguibles de algunas investigaciones publicadas por el medio.
Además, muestran que se le puede pedir al buscador Bing, de Microsoft, que copie párrafos enteros de noticias del Times, que requiere una suscripción para leer gran parte de su contenido.
Los ‘chatbots’ de inteligencia artificial como ChatGPT utilizan enormes cantidades de datos de texto para predecir la palabra más probable en respuesta a una pregunta, con lo que consiguen recrear con una exactitud pasmosa el discurso humano.
Sin embargo, en muchas ocasiones, todos esos textos que se utilizan para entrenar el modelo, como libros o artículos de prensa, están protegidos por ‘copyright’, y cada vez más autores y compañías exigen ser compensados por el uso de su obra.
A comienzos de mes, OpenAI, cuyo principal inversor es Microsoft, alcanzó un acuerdo con la empresa Axel Springer, que publica los medios Politico, Business Insider o Bild, para utilizar su contenido a cambio de una tasa.


https://www.eitb.eus/es/noticias/internacional/detalle/9386416/the-new-york-times-demanda-a-microsoft-y-a-openai-por-usar-sus-textos-sin-permiso/

Álvaro Barjollo Fernández (4ºC ESO)

Un estudio sobre canibalismo revela que los humanos no somos tan nutritivos

Aunque nuestros ancestros practicaban el canibalismo, comerse a otros humanos es incomparable a comerse, por ejemplo, un mamut.

Nota para el planificador de fiestas prehistórico: un mamut muerto puede alimentar a 25 neandertales hambrientos durante un mes, pero comerse a un humano solo proporcionaría un tercio de las calorías diarias.

Básicamente, eres un tentenpié con piernas. El canibalismo se ha puesto en boca de todos en 2024 tras el estreno de la película ‘La sociedad de la nieve’, que cuenta como un grupo de personas tuvieron que recurrir a él tras un accidente aéreo en los Andes.

Un estudio de 2017 sobre el valor nutricional de la carne humana demuestra que, en comparación con otros animales de presa del paleolítico, los humanos no tenían un contenido calórico especialmente alto para su tamaño.

«Cuando nos comparamos con otros animales, no somos para nada nutritivos», afirma el autor del estudio James Cole, de la Universidad de Brighton (Reino Unido), quien publicó su trabajo en la revista Scientific Reports.

Según sus estimaciones, los jabalíes y los castores contenían aproximadamente 4000 calorías por kilo de carne, frente a las míseras 1400 calorías por kilo de un humano moderno. Eso es todo lo que podríamos esperar en cuanto a nuestro tamaño total y nuestra masa muscular en comparación con otros animales, afirma.

Lo que se pregunta Cole es que, si los humanos no son especialmente valiosos como presa, ¿por qué comérselos? Incluso si estaban enfermos o moribundos, no debían ser precisamente fáciles de cazar.

«Hay que reunir una partida de caza y seguir el rastro de estas personas, y además no van a estar ahí parados esperando a que les ensartes con una lanza», explica Cole.

En su lugar, Cole argumenta que quizá no todo el canibalismo de la antigüedad tenía como objetivo llenarse la panza. Podría haber servido también para otras funciones sociales de los primeros humanos y sus ancestros.

Raíces caníbales

Los arqueólogos han hallado pruebas de canibalismo en el árbol genealógico humano que se remonta al menos a hace cerca de un millón de años. A pesar de que las marcas de cortes y de dientes en los huesos no pueden revelar sus motivaciones, los antiguos restos sí ofrecen algunas pruebas de la extensión de las prácticas canibalísticas en toda la evolución humana.

En la cueva de la Gran Dolina en el yacimiento de Atapuerca (Burgos), por ejemplo, los restos descuartizados de bisonte, oveja y ciervo estaban mezclados con los de al menos 11 humanos, todos niños o adolescentes, cuyos huesos mostraban signos de canibalismo. Además de las marcas que muestran que la carne había sido despegada del hueso, las pruebas sugieren que los residentes de la Gran Dolina —un pariente lejano de los humanos llamado Homo antecessor— se comían los cerebros de sus víctimas.

Los fragmentos humanos descuartizados se encuentran en capas en la cueva, abarcando aproximadamente 100 000 años, lo que sugiere que esta práctica ocurría de forma regular.

Los restos también estaban mezclados con los de otros animales y habían sido dispuestos de la misma forma, lo que lleva a que algunos antropólogos sugieran que el canibalismo en este lugar podría no haber sido debido a una emergencia por falta de alimento o a un comportamiento ritual.

Quizá la carne humana era un suplemento alimenticio común en su dieta, o quizá los jóvenes eran extranjeros y el canibalismo servía como una señal de «no pasar» efectiva (aunque los huesos no nos lo pueden confirmar).

Esto se daba en la mayor parte de casos de canibalismo prehistórico, según Silvia Bello del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido).

«Coincido con [Cole] en que el canibalismo del Paleolítico se practicaba probablemente y más a menudo como ‘elección’ y no por mera ‘necesidad’», explica. «Sin embargo, creo que encontrar la motivación de esa elección va a ser algo difícil».

¿Es toda la carne igual?

En ciertos casos, el canibalismo podría haber sido puramente práctico.

«La cuestión no es de nutrición como una alternativa a la caza mayor», explica el antropólogo Erik Trinkaus, de la Universidad de Washington en Estados Unidos. «Se trata de una cuestión de supervivencia cuando no existen otras fuentes de alimento, los miembros de un grupo social habían muerto y los miembros supervivientes consumían los cuerpos de las personas que ya estaban muertas».

Cole reconoce que lo que podemos extraer de este escueto análisis del valor nutricional humano es limitado, basado en solo unos pocos humanos modernos. Y lo más seguro es que nuestros antiguos ancestros no contaban las calorías a la hora de elegir su cena.

Quizá, según él, el mensaje real sea que las personas de la prehistoria tenían una mezcla más amplia de motivaciones para el canibalismo de las que nosotros les atribuimos. Después de todo, el canibalismo humano en los últimos siglos tiene muchos orígenes, incluyendo la guerra, la supervivencia, las creencias espirituales y la psicosis.

(Relacionado: El caníbal de Colorado: ¿víctima o villano?)

Lo más probable es que estas personas de la antigüedad sobrevivieran gracias a que eran increíblemente oportunistas y en ocasiones canibalistas, explica Bill Schutt, profesor de biología en la Universidad de Long Island y autor del nuevo libro Cannibalism: A Perfectly Natural History («Canibalismo: una historia perfectamente natural»).

«El canibalismo es una práctica muy extendida en el reino animal», explica Schutt, y los humanos no suponen una excepción. «Lo que nos hace diferentes son los rituales, la cultura, los tabúes», afirma. «Nos han programado para creer que el canibalismo es lo peor que puedes hacer».

De hecho, Cole afirma que calcular las calorías de la carne humana fue un poco desconcertante, ya que le llevó a pensar sobre cómo sería el canibalismo. «Me ha sido difícil comer panceta durante el último año», dice.

https://www.nationalgeographic.es/ciencia/estudio-canibalismo-revela-humanos-no-somos-tan-nutritivos

Santiago Piay Roa (4ºB ESO)

¿Podrían ‘The Creator’, ‘Avatar’ o ‘Star Wars’ suceder en la vida real?

La ciencia ficción a menudo exagera o distorsiona la ciencia para conseguir un efecto dramático, pero muchas películas y programas de televisión contienen una pizca de realismo en su planteamiento.

La ciencia ficción ha explotado en popularidad en las últimas décadas, con las películas de Avatar y Marvel copando la taquilla histórica mundial y franquicias de toda la vida como Star Wars y Star Trek experimentando un resurgir. Un buen ejemplo de la nueva juventud de la ciencia ficción es The Creator, estrenada en 2023 y que llega a Disney+ España el 17 de enero de 2024, que se centra en un «temor» muy vigente en el mundo actual: las consecuencias que puede tener el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA).

La ciencia ficción no solo devota a los aficionados al entretenimiento: le gusta (y mucho) a los científicos, muchos se inspiraron en la ciencia ficción que veían de niños para dedicarse a sus respectivos campos.

Y aunque la ciencia de las series y las películas que gustan a los científicos es a menudo exagerada o directamente inventada, muchas producciones contienen una pizca de realismo en su núcleo, o un mensaje sobre el papel de la ciencia en la sociedad que resuena entre los investigadores hasta bien entrada la edad adulta.

«En muchas de estas películas hay algo que es real», afirma Marshall Shepherd, meteorólogo y científico del clima que dirige el Programa de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Georgia (Estados Unidos).

A continuación, los expertos opinan sobre la ciencia real que se esconde detrás de las películas y los programas de televisión más populares.

Catástrofes naturales apocalípticas

Shepherd señala una película que disfrutó a pesar de sus defectos científicos: El día de mañana. En esta película de ciencia ficción de 2004, el sistema de circulación del océano Atlántico Norte se colapsa, sumiendo al mundo en una nueva edad de hielo. Los efectos (un tsunami gigante que arrasa Nueva York, tornados en Los Ángeles, temperaturas que bajan tan rápido que los personajes huyen literalmente del hielo) son «exageradísimos», dice Marshall.

Pero la idea de que la cinta transportadora oceánica que transporta el calor por el Atlántico Norte pueda detenerse, amplificando los fenómenos meteorológicos extremos y empujando el clima de la Tierra más allá de un punto de inflexión, es real. Algunos científicos temen que el cambio climático provocado por el hombre provoque este siglo un colapso similar.

Los dinosaurios vuelven a la Tierra

Del mismo modo, la franquicia de Parque Jurásico ha alimentado el interés del público por la paleontología desde que se emitió la primera película en 1993. Al igual que El día de mañana, Parque Jurásico y sus secuelas contienen muchas imprecisiones científicas. Pero también aciertan en algunas cosas clave sobre los dinosaurios, dice Gabriel-Phillips Santos, director de educación del Museo Raymond Alf de Paleontología de Estados Unidos.

Ya en la primera película, dice Santos, el T. rex caminaba con un paso realista, con la cola recta y el cuerpo paralelo al suelo, a pesar de las representaciones anteriores de la cultura pop de un T. rex más parecido a Godzilla, que se mantenía erguido con la cola por detrás. Los braquiosaurios, por su parte, aparecen caminando fuera del agua y en tierra firme, lo que concuerda con las ideas de los paleontólogos sobre cómo evolucionó su estilo de vida, explica Santos.

«Solíamos pensar que eran tan pesados que sólo podían soportar su peso en el agua, pero ahora sabemos que no es cierto. Más o menos lo mostraron en la pantalla».

Incluso cuando las películas no son científicamente exactas (los velocirraptores son demasiado grandes, y la franquicia no introdujo un dinosaurio con plumas hasta 2022, a pesar de las numerosas pruebas científicas de que muchos dinosaurios tenían plumas), Santos dice que ofrecen una oportunidad de llegar a un público al que de otro modo no podría llegar. A menudo da charlas en convenciones de cultura pop, como la Comic-Con de San Diego (Estados Unidos), sobre la ciencia real (y falsa) de la franquicia de Parque Jurásico.

«Todo lo que tenga que ver con los dinosaurios y llegue a los medios de comunicación populares va a inspirar a la gente», afirma Santos. «Puede inspirarles para ir a un museo de historia natural y aprender más. Si deciden dedicarse a ello, es increíble».

Viajes espaciales

La franquicia Star Trek, que ha inspirado a varias generaciones de niños a convertirse en astrónomos y exploradores espaciales, también mezcla ciencia real con una buena dosis de exageración. La astrofísica y asesora científica de Star Trek Erin MacDonald dice que a menudo utiliza Star Trek: Voyager, que se emitió de 1995 a 2001, para explicar conceptos científicos al público de convenciones, como por ejemplo cómo la gravedad distorsiona el espacio-tiempo.

«Sorprendentemente, es una serie muy científica», afirma MacDonald.

MacDonald, que obtuvo su doctorado estudiando las ondas gravitacionales antes de dedicarse a la comunicación científica, fue contratada por primera vez por Star Trek para dar una explicación científica a «La Quema», un cataclismo introducido en la tercera temporada de Star Trek: Discovery, en el que todo el «dilitio» activo de la galaxia se vuelve inerte, imposibilitando el viaje warp.

MacDonald se basó en campos científicos reales, como la física de partículas y el estudio de la materia oscura, para explicar por qué el dilitio, un material ficticio, dejaría de repente de comportarse como siempre lo ha hecho en Star Trek. En la actualidad, MacDonald colabora en todas las series de Star Trek que se emiten o están en fase de producción, leyendo los guiones y sugiriendo cambios en el lenguaje, escribiendo las ecuaciones que aparecerán en pantalla y trabajando con los equipos de posproducción para ayudar a que los efectos visuales científicos sean los correctos.

Pandemias mundiales

Tara Smith, epidemióloga de la Universidad Estatal de Kent (Reino Unido), afirma que en Contagio, la película de suspense sobre catástrofes biológicas de 2011, también se solicitó la opinión de los científicos. En la película, las autoridades sanitarias se apresuran a investigar y contener un nuevo virus que salta de los murciélagos a los cerdos y de ahí a los humanos, alimentando rápidamente una pandemia mundial. Smith, cuya investigación se centra en las infecciones zoonóticas (o infecciones que pasan de los animales a las personas), afirma que el virus de Contagio tiene una vía de transmisión muy similar a la del virus Nipah, que se ha propagado de los murciélagos a los cerdos y de éstos a las personas.

«La pandemia fue un poco más rápida de lo que cabría esperar en la vida real: de cero a prácticamente todo el mundo en unos pocos días», afirma Smith y «el desarrollo de la vacuna también fue increíblemente rápido. Pero fue más razonable en lo que respecta a las películas sobre enfermedades infecciosas».

Smith también elogió la primera temporada de la serie de televisión The Last Of Us, que se emitió en HBO a principios de este año, por vincular el cambio climático con los brotes de enfermedades infecciosas emergentes de una forma «bastante rigurosa desde el punto de vista científico». La serie describe un futuro postapocalíptico en el que una infección fúngica mundial ha transformado a gran parte de la población humana en zombis, desencadenando el colapso de la sociedad. Los zombis son «el punto final de la biología», dice Smith. Pero en el comienzo de la serie aparece un científico hablando de cómo, a medida que la Tierra se calienta y los hongos se adaptan a temperaturas más altas, los brotes de enfermedades fúngicas podrían generalizarse, una idea que tiene mérito científico.

«El año pasado lo utilicé en mi clase de epidemiología de enfermedades infecciosas para hablar del cambio climático y las enfermedades emergentes», explica Smith.

El auge de la inteligencia artificial

Algunos científicos, como la investigadora en inteligencia artificial Janelle Shane, siguen esperando que los guionistas de Hollywood representen su campo de forma realista. Aunque la IA desempeña un papel central en muchos éxitos de taquilla y series de televisión, desde Terminator y Matrix hasta Battlestar Galactica, The Creator y la serie Foundation de Apple TV+ la mayoría muestra robots que han alcanzado la consciencia y un nivel de inteligencia similar al humano.

Eso está muy lejos de las tecnologías basadas en la IA que vemos en nuestro mundo actual, como Siri, el asistente de voz de Apple, y el software que guía a los coches autoconducidos. Aunque algunas formas de IA generativa, como ChatGPT, pueden escribir ensayos y contar chistes que parecen inquietantemente humanos, en realidad no dejan de ser simples programas optimizados para realizar muy bien una tarea o un conjunto de tareas específicas.

«La IA de ciencia ficción es una IA parecida a una persona, o al menos tan inteligente como una persona, aunque tenga una visión del mundo y unos objetivos diferentes», afirma Shane; «y la IA del mundo real es algo mucho más limitado».

Shane ha visto algunos ejemplos de IA realista en novelas recientes de ciencia ficción, como Sourdough, de Robin Sloan. El libro se centra en Lois Clary, una ingeniera de software de una empresa de robótica que se esfuerza por enseñar a un brazo robótico a realizar tareas específicas «y tiene una serie de problemas muy realistas», dice Shane. De repente, su vida da un vuelco cuando sus hermanos le regalan una levadura madre sensible y le dicen que la mantenga viva.

«Es una lectura muy acogedora», dice Shane; «sobre todo si puedes conseguir una hogaza de buen pan de masa madre para comer mientras lo lees».

https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/01/orden-organizacion-muy-beneficioso-salud-mental

Santiago Piay Roa (4ºB ESO)

Las nauseas matutinas durante el embarazo podrían ser síntoma de un mal muy poco estudiado

Durante su primer embarazo, Marlena Fejzo sufrió náuseas y vómitos tan intensos que tuvo que ir a urgencias dos veces antes de dar a luz. Pero su segundo embarazo «fue mucho peor. Ni siquiera pensé que pudiera ser peor, pero lo fue», recuerda Fejzo, que ahora es investigadora de salud femenina en la Facultad de Medicina Keck de la USC de California (Estados Unidos).

Durante el segundo embarazo, Fejzo recibió suero intravenoso, siete medicamentos distintos y una sonda de alimentación. Nada funcionó. Llegó un momento en que estaba tan débil que no podía hablar, estaba postrada en cama y necesitaba cuidados las 24 horas del día. El médico de Fejzo le dijo que creía que sólo intentaba llamar la atención de su marido. A las 15 semanas abortó.

Fejzo sufría hiperémesis gravídica (HG), una enfermedad que padece alrededor del 2% de las embarazadas y que se caracteriza por náuseas y vómitos intensos y persistentes que pueden poner en peligro su vida. A pesar de ello, la investigación sobre esta enfermedad no recibe fondos suficientes y a menudo se desprecia a quienes la padecen. Fejzo sufrió un aborto en 1999. Poco después, regresó a su puesto de investigadora postdoctoral en la UCLA motivada para aprender todo lo que pudiera sobre la HG.

El mes pasado, Fejzo y sus colegas publicaron un trabajo pionero sobre el modo en que la hormona GDF15 influye en el riesgo de que una madre desarrolle HG. El trabajo podría conducir a varios tratamientos eficaces cuya disponibilidad, según algunos investigadores, parece inminente. Pero la falta de concienciación y reconocimiento de la gravedad de la HG podría obstaculizar el camino.

Las náuseas matutinas son una experiencia desagradable del embarazo, pero cuando la HG (una enfermedad mucho más extrema) se agrupa con las náuseas matinales, las mujeres que la padecen sienten el conocido fenómeno de luz de gas, en el que cuestionan su propia realidad, dice Kimber Wakefield MacGibbon, una de las autoras del estudio y cofundadora y directora ejecutiva de la Fundación para la Educación e Investigación de la Hiperémesis (HER). La HG se siente como una intoxicación alimentaria, pero con una diferencia muy importante: los vómitos no conducen al alivio. «Es una sensación continua de que hay algo en el estómago que no debería estar ahí», dice MacGibbon, enfermera titulada que sufrió hiperémesis en sus dos embarazos.

La deshidratación y la pérdida de peso son síntomas comunes de la HG, pero los casos más graves pueden provocar abortos espontáneos y afecciones en la madre como la encefalopatía de Wernicke, un trastorno neurológico causado por la deficiencia de vitamina B1(tiamina) que puede ser mortal. Varios estudios han demostrado que los bebés nacidos de madres con HG tienen un mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y trastornos del neurodesarrollo, incluido el retraso del habla y el lenguaje.

«Realmente es una exposición peligrosa en el embarazo, y así debe considerarse», afirma Fejzo; «por desgracia, no es así».

Los tratamientos de primera línea para la HG, incluidos los medicamentos contra los vómitos y las náuseas, no son eficaces para muchas mujeres, dice el médico Jone Trovik, profesor del departamento de ciencias clínicas de la Universidad de Bergen (Noruega) que no participó en el estudio de Fejzo y MacGibbon. Además, aunque se administren líquidos intravenosos a la paciente para aliviar la deshidratación y la pérdida de electrolitos o, en las circunstancias más extremas, se la conecte a una sonda de alimentación, es posible que necesite interrumpir el embarazo para sobrevivir.

«Como médico, me siento muy impotente cuando no consigo ayudar a estas mujeres a evitar la interrupción de un embarazo que, de otro modo, sería deseado», dice Trovik.

A pesar de su gravedad, la HG pasa desapercibida, incluso para la comunidad médica. La doctora en obstetricia y ginecología y asesora médica de la Fundación HER Aimee Brecht-Doscher nunca olvidará la reunión anual del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos a la que asistió junto a otros miles de médicos en 2017, en la que solo se hicieron dos presentaciones sobre la HG, una de ellas a cargo de Fejzo. Y mientras Brecht-Doscher y algunos otros asistentes estaban sentados discutiendo sobre esta afección desatendida, un médico varón se unió a la conversación y anunció: «Sé lo que causa la hiperémesis: es la histeria». «Y si uno cree eso», dice Brecht-Doscher; «entonces no cree que realmente haya que hacer nada para tratar a la gente».

Brecht-Doscher, que tampoco participó en el estudio de Fejzo y MacGibbon, sufrió HG en dos embarazos, uno de los cuales acabó en aborto. «Como médico, la reacción instintiva (especialmente ante las mujeres que no responden a las terapias estándar) es suponer que hay un componente psicológico y que por eso no responden», dice; «y yo misma había aprendido ese prejuicio como médico antes de tener hiperémesis». Brecht-Doscher dice que, una vez que tuvo HG, «me di cuenta de que realmente no había nada que pudiera hacer para mejorar.»

Creando una comunidad de HG

Tras su aborto espontáneo, una de las primeras cosas que hizo Fejzo fue crear una encuesta en internet para hacerse una idea de la prevalencia de la HG y las variables que influían en ella. Le sorprendió la cantidad de respuestas que recibió, incluida una de MacGibbon, de quien Fejzo recuerda que escribió: «Cuando termine este embarazo, voy a crear un sitio web sobre hiperémesis porque no hay nada».

Lo que empezó como un sitio web se convirtió en la Fundación HER en 2002, una organización sin ánimo de lucro que colabora con universidades y estudios de investigación, ofrece apoyo a las familias y proporciona recursos sobre HG a pacientes y proveedores, como información sobre medicamentos y estrategias de tratamiento. MacGibbon afirma que ha hablado con unas 10 000 familias de todo el mundo desde que puso en marcha la fundación.

La encuesta de Fejzo pronto se publicó en el sitio web de HER y, con esos datos, ella, MacGibbon y sus colegas demostraron que la HG era probablemente hereditaria. Fejzo solicitó entonces financiación a los NIH para estudiar qué gen o genes podían ser los responsables, pero se la denegaron. En 2010, su hermano le regaló por su cumpleaños un kit de pruebas genéticas de 23andMe. Además de proporcionar información genética, los clientes de 23andMe tienen la opción de rellenar encuestas sobre salud. Fejzo tuvo una idea. «Me puse en contacto con ellos y les pregunté si podían incluir preguntas sobre la hiperémesis, y así lo hicieron».

En 2018, utilizando datos genéticos y de encuestas de salud de los participantes de 23andMe, Fejzo, MacGibbon y sus colegas fueron los primeros en mostrar un vínculo entre la hiperémesis y una hormona llamada GDF15. Ya se sabía que los niveles de GDF15 aumentan en los dos primeros trimestres del embarazo y son uno de los factores causantes de la caquexia, un síndrome de desgaste que se observa con frecuencia en pacientes con cáncer.

Al mismo tiempo, varios estudios demostraron que el GDF15 se une a las células del tronco encefálico, una estructura responsable de funciones básicas como la respiración y la consciencia, así como de los vómitos, lo que reforzaba su probable papel en la HG. Pero Fejzo seguía preguntándose perpleja por qué algunas personas padecían HG en un embarazo y no en otro.

¿Qué causa la HG?

En el estudio reciente, Fejzo y sus colegas descubrieron que la mayor parte de la hormona GDF15 procede del bebé, no de la madre, y que la cantidad producida puede cambiar de un embarazo a otro, dependiendo de la genética del bebé, razón por la cual las madres no siempre experimentan HG en todos los embarazos. Además, el nivel de náuseas y vómitos de una madre durante el embarazo viene determinado por su sensibilidad al GDF15.

Los investigadores descubrieron que las mujeres que producen cantidades inferiores a la media de GDF15 antes de quedarse embarazadas tienen mayor riesgo de desarrollar HG porque son hipersensibles al aumento típico de la proteína GDF15 al principio del embarazo. En comparación, las mujeres que producen niveles elevados de GDF15 antes de quedarse embarazadas presentan muy pocas náuseas o vómitos.

Para probar la hipótesis de que la sensibilidad a la GDF15 influye en el riesgo de HG, los investigadores expusieron ratones a una pequeña dosis de GDF15 seguida de una dosis alta de GDF15 (comparable a los niveles de las mujeres con HG) o a una sola dosis alta de GDF15. Los ratones a los que se administró sólo una dosis alta empezaron a comer menos y perdieron peso; en cambio, los ratones a los que se administró primero una dosis pequeña de GDF15, y por tanto se insensibilizaron, no sufrieron ningún impacto cuando se les administró la dosis mayor.

Fármacos prometedores en ciernes

Brecht-Doscher cree que estos hallazgos pronto darán lugar a tratamientos. No obstante, la administración de fármacos a mujeres embarazadas sigue siendo motivo de preocupación. «Hay muchos antecedentes, con otros medicamentos que se utilizaron específicamente para las náuseas y el embarazo que causaron daños». Uno de ellos fue la talidomida, que, a principios de la década de 1960, causó graves malformaciones en las extremidades de los hijos de madres que la tomaron para aliviar las náuseas durante el embarazo.

Pero Fejzo y otros son optimistas porque ya se están probando fármacos que parecen prometedores, aunque para otras afecciones. Fejzo espera evaluar fármacos que aumenten los niveles de GDF15 antes del embarazo para prevenir la HG, así como fármacos que disminuyan los niveles de GDF15 durante el embarazo para evitar o mitigar los síntomas.

Actualmente, Fejzo solicita una subvención para probar la metformina, un fármaco para la diabetes que aumenta los niveles de GDF15 en sangre y ya se utiliza para aumentar la fertilidad en pacientes con síndrome de ovario poliquístico (SOP) y en algunos casos de diabetes gestacional.

También hay fármacos bloqueadores de GDF15 en fase de ensayo clínico para pacientes de cáncer con caquexia. Fejzo espera que, una vez que esos fármacos demuestren ser seguros en esos ensayos y en modelos animales preñados, puedan probarse también en mujeres embarazadas. El 9 de enero, la empresa biotecnológica de San Francisco NGM Bio anunció que está en conversaciones con la FDA para iniciar ensayos clínicos en pacientes con HG con su fármaco bloqueador de GDF15, NGM120. Fejzo asesorará a NGM Bio en este proceso.

https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/01/nauseas-matutinas-embarazo-hiperemesis-gravidica-sintoma-mal-poco-estudiado

Guillermo Cajide Gómez (4ºA ESO)

¿Cuál es la mejor forma de despertarse? Esto es lo que aconsejan los expertos

No todo el mundo es un madrugador. Pero la comunidad científica afirma que hay cosas que puedes hacer para desarrollar una mejor relación con tu despertador.

Algunas personas prácticamente saltan de la cama por la mañana, mientras que a otras les da pavor salir de debajo de las sábanas. Si miras con envidia a los mañaneros, quizás te lo hayas preguntado en alguna ocasión: «¿Es posible que haya algo que pueda hacer la ciencia para facilitarte el despertar?»

Cada mañana, el cerebro necesita pasar del sueño a la vigilia. «El cerebro tarda un poco en volver a conectarse después de despertarse», explica Andrew McHill, director del Laboratorio de Sueño, Cronobiología y Salud de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón (Estados Unidos). Mientras el cerebro se pone en marcha, puedes tener una sensación de confusión.

Esta sensación, conocida como «inercia del sueño» o «embriaguez del sueño», es perfectamente normal y suele durar entre 20 y 30 minutos después de despertarse, explica McHill. Pero si dura más, puede deberse a varias razones, como haber dormido poco o mal, la fase del sueño en la que estabas cuando te despertaste o incluso un trastorno del sueño.

National Geographic ha hablado con expertos sobre qué hacer ante el aturdimiento matutino. He aquí algunas cosas que puedes hacer para despertarte sintiéndote lo mejor posible, o al menos para desarrollar una mejor relación con tu despertador.

Mantén un horario de sueño constante y duerme lo suficiente

Aunque reconoce que es más fácil decirlo que hacerlo, McHill afirma que la mejor manera de sentirse menos aturdido por las mañanas es dormir lo suficiente. Aunque los expertos en sueño suelen recomendar entre siete y nueve horas de sueño, la cantidad de sueño que se necesita puede variar de una persona a otra.

Como regla general, Helen Burgess, catedrática de Psiquiatría y codirectora del Laboratorio de Investigación del Sueño y el Circadio de la Universidad de Michigan (EE. UU.), recomienda dormir lo suficiente para despertarse antes que el despertador.

Los expertos también dicen que la constancia es clave. Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, puede ayudar a despertarse y dormirse con más facilidad.

«Nuestro sistema circadiano intenta constantemente predecir los cambios regulares que se producen en el día de 24 horas para optimizar nuestra fisiología de la mejor manera posible», afirma Burgess. Por ejemplo, antes de despertarse, el cuerpo se prepara para afrontar el día produciendo cortisol, la hormona del estrés y el estado de alerta, y otras hormonas. Si tu horario de sueño cambia constantemente, «es más difícil para el sistema circadiano predecir cuándo vas a despertarte».

Acuéstate a la hora adecuada

La hora de acostarse también importa. Pero donde la cosa se complica es que también es diferente para cada persona.

Los estudios sobre el sueño suelen clasificar a las personas en dos categorías, llamadas cronotipos: noctámbulos y madrugadores. Los noctámbulos prefieren dormir y levantarse más tarde, mientras que los madrugadores prefieren dormir y levantarse temprano. Investigaciones recientes demuestran que esta separación binaria es más bien un espectro, y es posible que las personas se encuentren en algún punto intermedio.

Nuestra sociedad adora a los madrugadores, por lo que es posible que te hayan inundado con consejos para empezar el día más temprano. Y está demostrado que madrugar está relacionado con un mejor estado de ánimo y un mayor rendimiento laboral. Un estudio de 2021 demostró que poner el despertador una hora antes puede aliviar los síntomas depresivos. Mientras tanto, otros estudios correlacionan las tendencias nocturnas con trastornos del estado de ánimo y otras enfermedades.

Pero el debate sobre si los noctambulos deberían intentar cambiar su reloj circadiano se ha convertido en una fuente de controversia en el campo del sueño. Burgess explica que la mala salud de los noctámbulos podría no deberse a sus patrones naturales de sueño, sino a que han tenido que sacrificar el sueño para cumplir con sus obligaciones laborales o sociales en un mundo diseñado para los madrugadores.

Tampoco podemos hacer mucho contra nuestras preferencias naturales sobre cuándo acostarnos, explica Molly Atwood, profesora adjunta de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos. Nuestros cronotipos son genéticos y están arraigados en nosotros a nivel celular, afirma.

Por eso Atwood recomienda escuchar al cuerpo y no intentar cambiar el cronotipo si se puede evitar. «Cada vez hay más pruebas de que dormir a una hora que no es la adecuada para nuestro cuerpo puede estar absolutamente relacionado con problemas de salud física», afirma.

Si necesitas cambiar tu cronotipo para adaptarlo mejor a tu estilo de vida, Burgess sugiere hacerlo despacio, cambiando no más de 15 minutos cada día. «Lo peor que puedes hacer es empezar a levantarte de repente una hora antes o más», dice.

Luz por la mañana, no por la noche

Nuestro cerebro ha desarrollado un sistema para controlar la somnolencia y el estado de alerta en un ciclo de 24 horas basado principalmente en la luz. Este ciclo circadiano está supervisado por el núcleo supraquiasmático (NSQ), una red de neuronas del hipotálamo, una de las zonas más antiguas del cerebro. Las células del NSQ son sensibles a la luz; activan la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, cuando el entorno está oscuro y la desactivan cuando se hace de día.

Los estudios demuestran que la luz es vital para establecer ritmos circadianos constantes y saludables. La luz matutina puede aumentar el estado de alerta y ser un antidepresivo bastante eficaz. «Es una fuerte señal para el sistema circadiano», afirma Burgess; «es probablemente la luz más beneficiosa que recibimos durante el día».

Por la noche, sin embargo, la luz puede confundir nuestro sistema circadiano, dificultándonos conciliar el sueño. Por eso, los especialistas del sueño sugieren guardar el teléfono y bajar las luces por la noche. Está demostrado que los cronotipos más avanzados son más sensibles a la luz artificial, por lo que las tendencias de los noctámbulos podrían tener que ver con su entorno lumínico tanto como con su genética.

Deja de alargar el despertador y despiértate con más suavidad

Depender demasiado del botón de repetición para dormir un poco más puede hacer que te sientas peor por la mañana, dicen los expertos. Atwood explica que las cabezadas provocan una fragmentación del sueño.

Durante un sueño sano, una persona pasa por varias etapas de sueño, incluidas varias etapas de sueño no REM, que incluye el sueño profundo o de ondas lentas, y el sueño REM, durante el cual se producen los sueños. Los despertares frecuentes pueden alterar el ciclo del sueño, provocando su fragmentación y causando agotamiento y bajo rendimiento cognitivo más tarde durante el día.

La fase del sueño también influye. McHill explica que despertarse durante el sueño profundo puede provocar más inercia que hacerlo durante el sueño REM.

En cambio, utilizar una alarma que te despierte gradualmente podría ayudarte a sentirte mejor por la mañana. Una alternativa que puede ser útil es un despertador luminoso cada vez más brillante.

Aunque probablemente no sustituya a la luz solar, algunos estudios demuestran que la luz artificial por la mañana puede mejorar el estado de ánimo y reducir la inercia del sueño. Así que las personas cuyas habitaciones reciben poca luz solar por la mañana podrían beneficiarse de complementar su exposición a la luz matinal con un despertador luminoso.

Haz ejercicio y mantente alejado del alcohol y la cafeína

También se pueden hacer algunos cambios en el estilo de vida para sentirse mejor por las mañanas.

«El ejercicio es una forma estupenda de mejorar el sueño», afirma Burgess. El ejercicio mejora el sueño reparador en el que caemos periódicamente durante la noche, llamado sueño de ondas lentas, explica, lo que puede ayudarte a sentirse más descansado cuando te despiertes al día siguiente. Hay pruebas de que el ejercicio puede ayudar a conciliar el sueño más rápidamente e incluso a combatir el insomnio.

Sin embargo, los expertos advierten de que no hay que excederse justo antes de acostarse, porque un ejercicio más intenso de lo normal por la noche puede provocar insomnio. «Dependiendo del ejercicio, si se trata de un trabajo cardiovascular intenso o algo así, el cuerpo puede tardar un rato en relajarse», dice Burgess.

Desgraciadamente, para muchas personas que no pueden concebir una mañana sin café, una taza de café puede alterar ese sueño de ondas lentas tan importante, «incluso una simple taza de café por la mañana alrededor de las siete», dice Burgess. Reconoce que es poco probable que la gente renuncie a sus bebidas con cafeína, por lo que sugiere dejar de tomar cafeína hacia el mediodía.

Evitar el alcohol también puede ayudarte a dormir mejor. Los estudios demuestran que el alcohol puede ayudar a conciliar el sueño, pero es probable que éste sea de menor calidad. «El alcohol es el principal somnífero», afirma Burgess; «pero perturbará tu sueño más tarde, así que no es bueno».

En resumen

Si estás durmiendo lo suficiente y sigues sintiéndote cansado, puede que merezca la pena visitar a un especialista del sueño y descartar un trastorno del sueño, dice Atwood. «Somos muchos y tenemos tratamientos bastante eficaces para ayudarte a tener un sueño de mejor calidad o a sentirte más alerta por la mañana».

https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/01/mejor-forma-despertarse-consejos-expertos

Santiago Piay Roa (4ºB ESO)

Las fallas que causaron el terremoto de Japón llevaban más de 3.000 años dormidas

El fuerte terremoto que golpeó Japón el pasado 1 de enero fue causado por el movimiento de un conjunto de fallas que llevaban dormidas entre 3.000 y 4.000 años, según un estudio geológico desarrollado a raíz del seísmo.

El sismólogo Shinji Toda, de la Universidad de Tohoku, explicó en un simposio celebrado esta semana que el deslizamiento de un cinturón de fallas de 100 kilómetros ubicado bajo la península de Noto y el Mar de Japón dio lugar al devastador temblor, que según el último balance oficial de hoy ha dejado 213 fallecidos y 52 desaparecidos.

A medida que avanzan los días se conocen más detalles del seísmo, que según la Autoridad de Información Geoespacial japonesa (GSI) ha elevado cuatro metros el noroeste de la mencionada península de Noto, epicentro del terremoto de magnitud 7,6.

Energía capaz de causar tales elevaciones del suelo debió acumularse a lo largo de entre 3.000 y 4.000 años, según argumentan en un informe Toda y el científico del Servicio Geológico de Estados Unidos y cofundador de la ‘startup’ Temblor Ross Stein.

La subida de la superficie provocó además que la costa avanzase unos 200 metros hacia el mar. La localidad de Wajima, una de las más castigadas, es el punto que registra el mayor avance, alcanzando los 240 metros.

La Asociación de Geógrafos Japoneses confirmó que, con la expansión de la costa, la península de Noto se ha ampliado un total de 4,4 kilómetros cuadrados.

Los investigadores de la Universidad de Tohoku también llevaron a cabo un estudio de campo de las viviendas de los municipios de Nanao y Anamizu, situados en la damnificada península.

Los resultados les permitieron ratificar que las construcciones alzadas antes de que se reforzaran los requisitos de resistencia a los terremotos en 1981 y 2000 habían demostrado ser vulnerables.

Japón es un país altamente preparado para este tipo de desastres, pero muchas de las estructuras y viviendas de las localidades de la zona del epicentro del terremoto, el vaciado Japón rural, son antiguas e incapaces de resistir a temblores de esta magnitud.

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2024/01/11/659f8e5ee4d4d8ad4a8b45d9.html

Guillermo Cajide Gómez (4ºA ESO)

Terapias CAR-T y tumores sólidos: primeros resultados positivos

Uno de los grandes avances en el tratamiento del cáncer de los últimos años ha sido el desarrollo de la inmunoterapia, que aprovecha el propio sistema inmune del paciente para combatir la enfermedad.

Entre las diferentes aproximaciones que se utilizan, una de ellas consiste en extraer linfocitos para modificarlos genéticamente para que reconozcan y ataquen las células cancerosas y luego reintroducirlos en el paciente, lo que se conoce como CAR-T. Estas terapias han logrado importantes resultados en tumores hematológicos, aunque no estaban siendo eficaces en los tumores sólidos. Sin embargo, esto está cambiando recientemente.

«Ya empezamos a tener resultados positivos en tumores sólidos. Por ejemplo, ya hay ensayos en donde hay tasas de respuesta objetiva en cerca del 50% de los pacientes. Hace unos años nuestra duda era saber si esta aproximación iba a funcionar o no. Ahora ya sabemos que lo hacen y estamos trabajando para mejorarlos», explica Sonia Guedan, líder del Grupo de Investigación de Inmunoterapias Celulares para el cáncer del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), de Barcelona.

Estos datos y más acerca de cómo se están desarrollando las CAR-T y otras terapias celulares, como las TIL o las células NK, han sido el foco del I simposio internacional VHIO-Fundación BBVA de Terapias celulares en Oncología. Este se ha celebrado estos días en Barcelona y Sonia Guedan ha sido una de sus organizadoras, junto con Alena Gros, jefa del Grupo de Inmunoterapia e Inmunología de los Tumores del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO).

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2023/12/02/656a0a4efdddff06288b4572.html

Carla Mariño Carnota (4ºB ESO)

El misterio de la evolución humana está en el ‘ADN basura’

El genoma no codificante, que antes era llamado ADN basura y que representa nada menos que el 98 o 99% de todo lo que contiene el genoma, tiene regiones que son fundamentales para la biología y la salud humana, según se desprende de una amplia investigación coliderada por la empresa estadounidense Illumina, dedicada a desarrollar, fabricar y comercializar sistemas integrados para el análisis de variación genética y función biológica, y el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), un centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), de Barcelona.

Entre esas regiones hay algunas que son esenciales para la vida y no han cambiado a lo largo de la evolución -regulan el funcionamiento del pulmón, por ejemplo- de todos los mamíferos, y hay otras que están en la base de lo que nos distingue de otros animales: lo que nos hace ser humanos.

La evidencia sobre la existencia de esas regiones en el genoma no codificante con funciones importantísimas se publica hoy en Nature y también ha contribuido a ella el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG) de Barcelona y la Facultad de Medicina de Baylor, ubicada en el Centro Médico de Texas, en Houston.

Todo lo descrito «abre la puerta» a un campo enorme de investigación en embriología y salud humana, ha explicado a este diario Tomàs Marqués-Bonet, coautor principal del artículo, que es investigador Icrea del IBE y catedrático de Genética del Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la UPF.

https://www.msn.com/es-es/noticias/tecnologia/el-misterio-de-la-evoluci%C3%B3n-humana-est%C3%A1-en-el-adn-basura/ar-AA1kJt5Y

Carla Mariño Carnota (4ºB ESO)

Primeros datos positivos de una inyección cerebral en pacientes con un tipo de esclerosis múltiple

Un equipo internacional ha demostrado que la inyección de un tipo de célula madre en el cerebro de pacientes afectados de Esclerosis Múltiple (EM) progresiva es segura, bien tolerada y tiene un efecto duradero que parece proteger al cerebro de daños mayores, según los datos que publican en Cell Stem Cell.

El estudio, dirigido por científicos de la Universidad de Cambridge, la Universidad de Milán Bicocca y el Hospital Casa Sollievo della Sofferenza (Italia), es un paso hacia el desarrollo de un tratamiento de terapia celular avanzada para la EM progresiva.También han participado los centros Santa María Terni y Ente Ospedaliero Cantonale, en Lugano (Suiza) y la Universidad de Colorado (Estados Unidos).

Más de 2 millones de personas en el mundo padecen EM. Si bien existen tratamientos que pueden reducir la gravedad y la frecuencia de las recaídas, dos tercios de los pacientes con EM todavía pasan a una fase secundaria progresiva debilitante de la enfermedad dentro de los 25 a 30 años posteriores al diagnóstico, donde la discapacidad aumenta.

«Necesitamos desarrollar con urgencia nuevos tratamientos para la EM secundaria progresiva. Estos hallazgos son un paso hacia el desarrollo de una terapia celular para el tratamiento de la EM», señala Stefano Pluchino, codirector del estudio, de la Universidad de Cambridge.

En la EM, el propio sistema inmunológico del cuerpo ataca y daña la mielina, la vaina protectora que rodea las fibras nerviosas, provocando la interrupción de los mensajes enviados por el cerebro y la médula espinal.

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2023/11/29/656757a5e4d4d8597a8b4593.html

Carla Mariño Carnota (4ºB ESO)

Una proteína supresora juega un papel decisivo en la detención del cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón es uno de los más frecuentes, y que más muertes causa en el mundo. Más de 30.000 personas son diagnosticadas cada año y solo un 19% de los pacientes sobrevive cinco años después de descubrirlo. Ahora, una nueva vía molecular, desconocida hasta el momento, podría ser decisiva para frenar en seco este tipo de tumor maligno, según un estudio de la Universidad de Tulane (Estados Unidos) publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

La investigación podría conducir al desarrollo de un nuevo fármaco anticanceroso y a un tratamiento más personalizado, según Hua Lu, autor principal del estudio y titular de la Cátedra Reynolds y Ryan Families de Cáncer Traslacional de la Facultad de Medicina de esta universidad.

El estudio descubrió que una conocida proteína supresora de tumores llamada RBM10 puede inhibir el crecimiento del cáncer de pulmón suprimiendo la función de c-Myc, una proteína que impulsa el crecimiento y la proliferación de las células cancerosas cuando está sobreexpresada.Los investigadores descubrieron que RBM10 se asocia con dos proteínas ribosómicas (RPL5 y RPL11) para desestabilizar c-Myc e impedir la propagación del cáncer de pulmón.

Estos hallazgos son los primeros en identificar una relación inhibidora del cáncer entre las proteínas. «Descubrimos que RBM10 puede apuntar directamente a c-Myc para su degradación y reducir sus efectos cancerígenos uniéndose a RPL5 y RPL11 -explica Lu-. Sabemos mucho sobre el cáncer, pero las moléculas implicadas siguen siendo una caja negra. Pieza a pieza, vamos comprendiéndolas mejor».

Para entender cómo puede funcionar el proceso para detener la progresión del cáncer de pulmón, imaginemos dos fábricas en una célula, cada una fabricando piezas para ensamblarlas en nuevas maquinarias proteicas; c-Myc desempeña un papel habitual en este proceso de producción de proteínas -y de crecimiento celular en general- y los seres humanos no podrían vivir sin el.

Ocasionalmente, esta fabricación se interrumpe y las fábricas empiezan a producir piezas incorrectas. Cuando el cáncer comienza a formarse, utiliza c-Myc para continuar la producción, permitiendo que estas «piezas de repuesto» se acumulen y formen tumores. RBM10, con la ayuda de RPL5 y RPL11, puede desestabilizar -Myc y detener el crecimiento tumoral.

Y lo que es más importante, la investigación también descubrió que una forma mutante de RBM10 que suele encontrarse en los cánceres de pulmón pierde la capacidad de suprimir c-Myc, no logra unirse a las proteínas ribosómicas RPL5 y RPL11 y acaba fomentando el crecimiento tumoral en lugar de suprimirlo. «RBM10 es una proteína importante que puede suprimir las células cancerosas, pero cuando un cáncer quiere desarrollarse, muta RBM10 y bloquea esa función«, indica Lu.

Ahora espera seguir estudiando el funcionamiento de la mutante RBM10 con la esperanza de desarrollar un fármaco contra el cáncer dirigido a ella. «Esperamos poder diseñar una molécula dirigida específicamente al mutante, ya que se trata de una estructura especial que no existe en el tejido normal. Si podemos convertir este mutante, es de esperar que podamos hacer que suprima la actividad cancerígena de c-Myc», concluye.

https://www.msn.com/es-es/salud/other/una-prote%C3%ADna-supresora-juega-un-papel-decisivo-en-la-detenci%C3%B3n-del-c%C3%A1ncer-de-pulm%C3%B3n/ar-AA1kG2NZ

Carla Mariño Carnota (4ºB ESO)