Pterosaurios, los antiguos reyes de los cielos

Durante gran parte de la era Mesozoica los cielos estuvieron dominados por los pterosaurios, un extenso grupo de reptiles voladores que llegaron a ser los animales voladores más grandes que han existido.

Mientras los dinosaurios dominaban la Tierra, otro grupo de reptiles impuso su dominio en los cielos durante gran parte de la era Mesozoica. Los pterosaurios fueron un extenso grupo de reptiles que evolucionó hasta adquirir una anatomía especializada en el vuelo, comparable a la de las aves modernas, y que llegaron a ser los animales voladores más grandes que han existido en el planeta.

Aunque a veces se les llame dinosaurios voladores esta denominación es incorrecta, puesto que se trata de grupos distintos y solo lejanamente emparentados. Ambos surgieron en el periodo Triásico Tardío, hace unos 235-210 millones de años, y se extinguieron contemporáneamente a finales del Cretácico, aunque el declive de los pterosaurios empezó mucho antes.

DE PLANEADORES A VOLADORES

Descifrar el origen de los pterosaurios es más complicado que hacerlo con los dinosaurios ya que, al contrario de estos, no se han encontrado demasiados fósiles de especies de transición que nos permitan establecer una línea evolutiva clara. Hay diversas teorías al respecto, pero probablemente sus ancestros más antiguos serían un grupo de reptiles del Triásico que contaban con membranas en sus extremidades, lo cual les permitía planear.

A lo largo de decenas de millones de años, estos reptiles planeadores desarrollaron diversas adaptaciones que les permitieron convertirse en voladores de pleno derecho. Muchas de estas adaptaciones son las mismas que encontramos en las aves actuales: huesos huecos que aligeran el peso, una estructura torácica compacta que otorga una mayor estabilidad y la sustitución de las extremidades anteriores por alas.

La ficción generalmente ha retratado a los pterosaurios siguiendo un esquema muy simple de reptiles que volaban con alas membranosas; un tópico que no solo no se asemeja a la realidad, sino que sería anatómicamente imposible dado el tamaño de muchos de estos animales. Las membranas habrían permitido planear a sus antepasados lejanos, pero no eran suficientes para un vuelo activo y ni siquiera para alzarse del suelo por sí mismos.

La realidad es que las alas de los pterosaurios eran bastante complejas y en muchos aspectos similares a las aves modernas. Contaban con músculos especializados en el vuelo y seguramente con picnofibras, estructuras similares a protoplumas, aunque no eran plumas propiamente dichas sino más bien una especie de vello corto similar al de los mamíferos y los dinosaurios.

CRIATURAS HÁBILES Y SORPRENDENTES

En la actualidad son muchos los paleontólogos que sostienen que los pterosaurios eran voladores tan buenos como las aves modernas. Una pista en esta dirección es que contaban con un lóbulo cerebral muy desarrollado llamado flóculo, que interviene en el equilibrio y en las habilidades motoras: en las aves ocupa un 1-2% del tamaño total del cerebro, pero se cree que en los pterosaurios superaba el 7%, el porcentaje más grande que se conoce en cualquier animal que haya existido.

Esta gran capacidad motora también permitía a muchos de ellos desplazarse relativamente bien en tierra, sosteniéndose con el dedo hipertrofiado del que partían las alas. A pesar de que sus extremidades no estaban hechas para caminar rápidamente, debido a su gran tamaño algunos de ellos habrían tenido una zancada larga, permitiéndoles incluso alimentarse de pequeñas presas terrestres: prueba de ello son las huellas encontradas que demuestran que se desplazaban por tierra.

La mayoría tenían largas mandíbulas parecidas a picos con los que capturar a sus presas, aunque no todos tenían dientes. Por esta forma se cree que los pterosaurios eran en su mayoría pescadores que se alimentaban en aguas poco profundas y complementaban su dieta con pequeños mamíferos y reptiles terrestres. Pero también hay criaturas sorprendentes como los anurogántidos, pequeños animales de hocico redondo parecidos a los murciélagos y que posiblemente tenían una dieta insectívora.

Muchas familias de pterosaurios tenían algún tipo de cresta en la parte posterior de la cabeza. Inicialmente se creía que era una mera protuberancia ya que los tejidos blandos raramente se fosilizan, pero los descubrimientos recientes señalan que probablemente se trataba de crestas vistosas y coloridas, posiblemente usadas por los machos como elemento de exhibición al buscar pareja.

LOS SEÑORES DE LOS CIELOS QUE CAYERON EN DESGRACIA

La época de esplendor de los pterosaurios fue el Jurásico, período durante el cual se diversificaron en multitud de familias y especies con tamaños y aspectos muy variados. Aunque tengamos la imagen de los grandes pterosaurios como los Quetzalcoatlus, cuya envergadura llegaba a los 10 metros (el triple que el albatros errante, la mayor ave voladora del planeta), junto a ellos coexistían especies más pequeñas y de aspecto muy distinto a lo que imaginamos cuando pensamos en estos reptiles.

El Cretácico, en cambio, supuso una progresiva reducción de diversidad entre los pterosaurios. Unas pocas familias formadas por especies de gran tamaño prosperaron, mientras que las de tamaño medio y pequeño fueron desapareciendo, dejando paso a los antepasados de las primeras aves. A medida que estas ocupaban nichos ecológicos similares, se convirtieron en una competencia cada vez más intensa por los recursos alimenticios y hábitats.

Además las fluctuaciones climáticas durante este último período, con un clima menos húmedo respecto al Jurásico, seguramente afectaron a sus fuentes de alimento, sobre todo si se especializaron en presas específicas, como parece que fue el caso: a medida que avanza este período los registros fósiles muestran una desaparición de las especies dentadas, lo cual sugiere que evolucionaron hacia una dieta estrictamente a base de pescado; lo cual suponía, además, una mayor competencia con reptiles marinos como los plesiosaurios.

Los pterosaurios entraron en declive mucho antes que los dinosaurios y, en el momento de la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, solo se conoce una especie que viviera: Quetzalcoatlus northropi, precisamente la más grande de todas, que además ostenta el récord de ser el mayor animal volador que haya existido jamás en el planeta. El rey de los pterosaurios fue, pues, el último representante de esta estirpe que había dominado los cielos durante decenas de millones de años.

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/pterosaurios-antiguos-reyes-cielos_20876

Mateo Pérez Carrodeguas (4ºC ESO)

‘Planta milagrosa’ que se creía extinta desde la era romana puede haber sido redescubierta

Un botánico turco está aprendiendo a cultivar lo que algunos creen que es el pariente vivo más cercano a un alimento básico de la cocina de la era clásica escrito por romanos y griegos.

Pliney el Viejo informó que el «Silphium» de flores doradas crece en la Libia actual, y se ha traducido como una receta para todo, desde «dolor de estómago hasta eliminación de verrugas, calvicie y dolor dental, para pleuresía y epilepsia, y un bálsamo, según una traducción lírica, tanto para los ‘mordidos por perros’ como para los ‘heridos por escorpiones’”, escribe Nat Geo.

Silphium también se solicitó como ingrediente clave en muchas recetas romanas contenidas en Apicius, un libro de cocina de 475 páginas escrito durante la época del emperador Tiberio. Fue escrito para ser apreciado por su olor maravilloso, incluso afrodisíaco, y su rico y limpio sabor.

Sin embargo, Silphium se perdió en la época de Nero, a quien, según los informes, se le dio el último tallo conocido en existencia. Desde la Edad Media, la gente ha estado buscando esta deliciosa planta medicinal, y varios candidatos representan lo que probablemente sean parientes, ya que los relatos históricos de que la planta no se puede cultivar fuera de Libia ha llevado a los científicos e historiadores a creer que está extinta.

Silphium, basado en sus representaciones históricas en monedas de la región de Libia, entonces llamada Cyrenaica, y descripciones de sabor, olor, forma física y tamaño, probablemente pertenecía al género Ferula, de la familia Apicacea, de los cuales hay 220 conocidas especies.

Son plantas herbáceas perennes que alcanzan entre 1 y 4 metros de altura, con tallos robustos, huecos y algo suculentosy generalmente flores amarillas producidas en grandes umbelas. A veces se les llama hinojo gigante, aunque el hinojo pertenece a un género diferente en la misma familia.

El profesor de la Universidad de Estambul, Mahmut Miski, está cultivando ferula drudeana, un miembro del género recién descubierto que, según él, tiene todas las características del antiguo silfio, en las laderas de un volcán en la región de Capadocia en Turquía. Allí, Miski cree que los agricultores griegos del siglo XIX o antes estaban cultivando ferula drudeana ya sea desde una época anterior o llevándola de otro lugar.

Es un complicado rompecabezas histórico, ya que ninguna ruina romana ha encontrado un tarro de albañilería con «silphium» escrito en él. Sin embargo, la planta recién descubierta es profundamente medicinal, y el análisis químico de la estructura de la raíz similar al ginseng ha revelado 30 metabolitos secundarios que tienen propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas y quizás lo más revelador de todo, según los registros históricos de Pliney, anticonceptivos. propiedades.

También contiene shyobunone, que se encuentra en la salvia, el romero, la alcachofa y otras plantas con olores embriagadores.

Al profesor Miski se le mostraron las plantas ferula drudeana que crecen silvestres por parte de algunos agricultores de herencia griega. Los granjeros mostraron cómo las ovejas y las cabras disfrutarían masticando la drudeana, que coincide con las descripciones del historiador Pliney, y el comportamiento amoroso de las moscas después de beber la savia blanca como la perla de la planta.

Sin embargo, se encontraron más pruebas cuando el profesor Miski observó su crecimiento rápido y disperso después de la lluvia, otra prueba que lo corrobora.

Un pilar en la ficción fantástica, es raro que la civilización humana produzca algo en la antigüedad que, por alguna razón, no pueda replicarse en épocas posteriores.

Tampoco todos los días alguien encuentra una nueva hierba de cocina. Ferula drudeana, con su maravilloso olor, rico sabor y cualidades medicinales sería una maravillosa adición a la despensa de cualquier persona, independientemente de si es o no el legendario silfio, comercializado al mismo valor que la plata en el Imperio Romano.

Hugo Martín Ramilo (4ºB ESO)

Crean un revolucionario motor que no necesita ni gasolina ni diésel para para generar 410 CV

El hidrógeno es una alternativa prometedora a los coches eléctricos convencionales, una a la que todavía le queda incluso más camino que a estos por recorrer, pero por la que poco a poco más marcas empiezan a apostar. BMW, Hyundai o Toyota son ejemplos de ello, pero también hay firmas más pequeñas que están haciendo progresos al respecto, como AVL.

Esta compañía no emplea el hidrógeno para usarlo en una pila, si no para quemarlo, y acaba de presentar un nuevo concepto de motor de combustión que elimina las dos principales pegas que se suelen poner a los bloques de este estilo: una mezcla de combustión pobre y un rendimiento bajo.
Lo primero lo consigue gracias al sistema de inyección de combustible en puerto que inyecta agua en la toma de admisión de aire del motor. Esta configuración elimina el encendido prematuro no deseado y proporciona una combustión estequiométrica, con la que el motor quema completamente el combustible, eliminando la mezcla de combustión pobre.

Respecto al rendimiento, la firma ha conseguido superar incluso el rendimiento objetivo que quería alcanzar cuando presentó el prototipo en 2022.

Buscaban una potencia de 402 CV, algo que han superado incluso al llegar hasta los 410 CV, que entrega a 3.000 rpm. Por lo que respecta al par, la idea era conseguir 500 Nm, cifra exacta que han logrado y que el motor de 2,0 litros consigue desarrollar cuando sube a 4.000 vueltas.

Eliana Vázquez De Souza (4ºC ESO)

El superordenador cuántico de IBM estará instalado en San Sebastián en 2025

El superordenador cuantico de IBM el sexto del mundo, podrá instalarse en Donostia en el segundo semestre de 2025, una vez finalizadas las obras del edificio de Ikerbasque que lo albergará.

El consejero de Eduación, Jokin Bildarratz, ha avanzado los primeros plazos del proyecto, en declaraciones a los periodistas antes de presidir en San Sebastián la reunión del comité estratégico de Basque Quantum, la alianza entre el Gobierno Vasco, las tres diputaciones e IBM para establecer en Euskadi un centro de computación cuántica.

«Quiero anunciar que el edificio que va a albergar a este ordenador va a estar finalizado en el primer semestre del 2025. Eso posibilitará que ya el ordenador cuántico de IBM pueda estar instalado definitivamente en el segundo semestre del 2025», ha afirmado el consejero.

Ha recordado que Basque Quantum constituye un «proyecto estratégico como país», porque situará a Euskadi como «el sexto nudo a nivel mundial de lo que es todo este sistema cuántico».

Ha indicado que, pese a que las obras se detuvieron durante dos meses, no ha habido «ningún problema» más allá de los habituales en este tipo de infraestructuras, por lo que ha insistido que el nuevo edifico estará culminado en el primer semestre de 2025. 

https://www.eitb.eus/es/noticias/tecnologia/detalle/9325248/el-superordenador-cuantico-de-ibm-estara-instalado-en-san-sebastian-en-2025/

Gabriel Barba Díaz (4ºA ESO)

Captan el resplandor de una gran colisión planetaria en el espacio exterior

Dos grandes planetas de hielo chocando entre sí mientras giran alrededor de una estrella similar al Sol, creando un resplandor de luz y penachos de polvo, es lo que ha observado, por primera vez, un equipo internacional que publica un estudio en Nature.

Los resultados del equipo, encabezado entre otros por la Universidad de Leiden (Holanda), muestran el resplandor de calor y la nube de polvo resultante, que se desplazó frente a la estrella madre oscureciéndola con el tiempo.

La primera pista sobre esta gran explosión la dio un aficionado a la astronomía que observó la curva de luz de la estrella y notó en ella algo extraño, porque el sistema duplicaba su brillo en longitudes de onda infrarrojas unos tres años antes de que la estrella empezara a desvanecerse en luz visible. Los expertos consideraron esta observación algo sorprendente y empezaron a seguirla con un red de telescopios, explicó Matthew Kenworthy, coautor del estudio y de la Universidad de Leiden.

La red de astrónomos profesionales y aficionados estudió la estrella, nombrada como ASASSN-21qj, y monitoreó los cambios en su brillo durante los dos años siguientes. Los investigadores concluyeron que la explicación «más probable» es que dos exoplanetas gigantes de hielo chocaran, produciendo el brillo infrarrojo detectado por la misión NEOWISE de la NASA, que utiliza un telescopio espacial para buscar asteroides y cometas.

Los cálculos y modelos informáticos indican que la temperatura y el tamaño del material brillante, así como la cantidad de tiempo que ha durado el resplandor, «es consistente con la colisión de dos exoplanetas gigantes de hielo», agregó otro de los autores del estudio Simon Lock, de la Universidad de Bristol.

La nube de escombros resultante del impacto se desplazó frente a la estrella unos tres años más tarde, provocando una disminución de su brillo en longitudes de onda visibles.

Ahora se espera a que, en los próximos años, la nube de polvo comience a dispersarse a lo largo de la órbita del remanente de la colisión y ese fenómeno pueda detectarse tanto con telescopios terrestres como con el especial James Webb.

https://www.msn.com/es-es/noticias/tecnologia/captan-el-resplandor-de-una-gran-colisi%C3%B3n-planetaria-en-el-espacio-exterior/ar-AA1i3lVg

Carla Mariño Carnota (4ºB ESO)

Un macroproyecto publica el atlas del cerebro, un mapa para entender qué nos hace humanos

En el año 1600 se produjo un momento estelar de la historia de la ciencia. Tycho Brahe, un noble danés obsesionado por medir con precisión los movimientos de los astros, se encontró en Praga con Johannes Kepler, un alemán de origen humilde con una inclinación por la mística y la ciencia que hoy parece contradictoria. Kepler, inspirado por Copérnico, intuía que el sistema solar tenía más sentido con la estrella en el centro, pero necesitaba datos para corroborar su modelo. En aquella época, los astrónomos elaboraban cartas de navegación y predicciones astrológicas con observaciones burdas recogidas siglos antes y pocos consideraban necesario recabar medidas precisas. Brahe había acumulado esas medidas, pero mantuvo la Tierra en el centro de su sistema solar y ocultó sus observaciones a Kepler, que solo pudo verlas tras la muerte del danés, en 1601. Aquellos datos permitieron a Kepler describir matemáticamente los movimientos de los planetas alrededor del Sol y allanó el camino para que Isaac Newton nos explicase, con la gravedad, por qué se mueven así.

Cuatro siglos después, los científicos aspiran a una revolución científica igual de significativa o más que la liderada por los que descubrieron la posición de la Tierra en el cosmos. Pese al progreso de la neurociencia desde los años de Santiago Ramón y Cajal, lo que se desconoce sobre el cerebro, sobre cómo genera la consciencia o la memoria o sobre cómo curar muchas enfermedades neurológicas sigue siendo muchísimo. La revista Science publica hoy una serie de artículos que muestran el esfuerzo por obtener los datos que son la base de cualquier avance significativo del conocimiento.

Los trabajos son parte de la Brain Initiative Cell Census Network (BICCN), un proyecto lanzado en 2017 por los Institutos Nacionales de Salud de EE UU (NIH, por sus siglas en inglés). El proyecto involucra a cientos de científicos que utilizan las últimas tecnologías para localizar las células en cerebros de humanos y otros animales, y caracterizarlas una a una por su expresión genética, su forma y otros rasgos. Ya lo han hecho con más de 3.000 tipos de células humanas, revelando aspectos que las distinguen de las de otros primates y que permitirán identificar, por ejemplo, cuáles de ellas son más propensas a mutaciones específicas que causan enfermedades neurológicas.

Uno de los hallazgos de la colaboración es que, como en la cocina, con los mismos ingredientes se pueden preparar distintos guisos. Aunque hay células propias de algunas regiones cerebrales, muchas diferencias entre regiones se producen porque tienen distintas proporciones de los mismos tipos celulares. Según explican en uno de los artículos Alyssa Weninger y Paola Arlotta, de las universidades de Carolina del Norte y Harvard, respectivamente, hay excepciones a esta regla general. Por ejemplo, la corteza visual primaria contenía tipos de neuronas inhibidoras particulares. Los datos muestran que la evolución no ha producido la aparición de nuevos tipos de células cerebrales que justifiquen las distintas funciones del cerebro, sino que son pequeñas variaciones dentro de los mismos tipos celulares y cambios en la abundancia de estas células por región los que crean circuitos cerebrales distintos.

No hay un cerebro humano

Juan Lerma, investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante, apunta que la ingente cantidad de datos obtenidos con las nuevas técnicas “no va a darnos la solución a los problemas del conocimiento del cerebro humano y pone de manifiesto cosas que ya se sabían, pero esta es la manera de demostrar que el conocimiento es sólido”. Uno de los aspectos destacados para Lerma es la gran variabilidad que se encuentra entre cerebros, “algo que se había visto en las pruebas de imagen cerebral no invasivas en humanos”.

“Esto nos dice que es importante que los estudios en humanos incluyan un gran número de casos, porque puedes tener un estudio con 500 cerebros que te dé unos resultados y, después, haces un análisis de 30 de esos cerebros y los resultados son diferentes”, ejemplifica. En un estudio liderado por Nelson Johansen, del Instituto Allen, en Seattle (EE UU), se analizó la expresión genética de células individuales de la corteza cerebral de 75 individuos y solo encontraron pequeñas diferencias que se pudiesen explicar por factores como la edad, el sexo, la ascendencia o si procedía de personas sanas o enfermas. “No existe un humano prototípico”, resumen Weninger y Arlotta.

“El conocimiento derivado de estos estudios va a ser fundamental para responder algunas preguntas clásicas en neurociencia, como cuáles son las diferencias fundamentales entre el cerebro humano y el de nuestros parientes más cercanos, como los chimpancés”, afirma Ignacio Sáez, investigador en el Hospital Monte Sinaí, en Nueva York.

Uno de los trabajos que hoy publica Science, que firma como primer autor Nikolas Jorstad, del Instituto Allen, analiza la expresión genética de las células del giro temporal medio, una región crítica para la comprensión del lenguaje, en humanos, chimpancés, gorilas, macacos y monos tití. Los investigadores vieron que todos estos primates comparten, en gran parte, los mismos tipos de célula que aparecieron en un momento de la evolución y se han ido conservando con la aparición de nuevas especies. Solo unos pocos cientos de genes mostraron pautas de expresión que solo se ven en humanos. Estos datos sugieren que las obvias diferencias entre un tití y un humano surgen de unos pocos cambios moleculares y celulares.

Entre los artículos de Science, también hay trabajos que analizan células en momentos clave del desarrollo del cerebro antes y justo después del nacimiento. El conocimiento de estos instantes también puede ayudar a producir mejores modelos para estudiar el cerebro humano, algo muy difícil de hacer con voluntarios de carne y hueso, o entender mejor qué modelos animales pueden ser útiles para avanzar en el conocimiento del órgano de la conciencia. Arlotta es una referencia internacional en la construcción de organoides, unos modelos tridimensionales creados a partir de células madre que simulan la estructura del cerebro.

Javier de Felipe, investigador del CSIC que ha participado en grandes colaboraciones internacionales como el Human Brain Project, cree que este tipo de proyectos ayudan “a mejorar la comunicación entre los científicos”, al poder definir con precisión “cuántos tipos de neuronas hay en el cerebro, que es algo que no conocemos, y también ver la relación que tienen esas características genéticas o morfológicas de las células con la función que desarrollan”. “Este tipo de proyectos nos dan muchos datos a los que luego tendremos que empezar a dar sentido”, explica. Juan Lerma coincide en que esto, “de una forma similar a lo que significó la secuenciación del genoma humano, es un mapa”. “Cuando tú tienes un mapa de un territorio, lo siguiente que tienes que hacer es empezar a explorar ese territorio”, afirma.

Como sucedió hace 400 años con Brahe y Kepler, los datos, y las caras y precisas herramientas que se necesitan para cosecharlos, precederán a los grandes descubrimientos que cambiarán nuestra visión del mundo, también la de quienes no entienden de transcriptómica o de movimientos planetarios. Como entonces, detrás de este proyecto para conocer todas las células del cerebro, su localización y sus funciones, está el dinero de un magnate. Paul Allen, cofundador de Microsoft y fallecido en 2018, fundó en 2003 el Instituto Allen para la Ciencia del Cerebro, la organización que, junto a los NIH, lidera la iniciativa. A diferencia del noble danés, la institución creada por el tecnomillonario pondrá los datos obtenidos en este proyecto a disposición de todos los nuevos Kepler que intenten conocer la realidad con ellos.

https://elpais.com/ciencia/2023-10-12/un-macroproyecto-publica-el-atlas-del-cerebro-un-mapa-para-entender-que-nos-hace-humanos.html

Carla Mariño Carnota (4ºB ESO)

Guión de traballo e Criterios de puntuación da Fase 3 de TICs 1ºBacharelato, e algún documento útil

Ola.

A continuación, poñemos á vosa disposición unha serie de arquivos que poden resultarvos útiles para realizar a Fase 3 do voso Proxecto Asociativo:

Guión de traballo e Criterios de puntuación:

Guía para a compra de ordenadores:

Saúdos. O profesor de TICs.

La IA acaba de descifrar parte de un antiguo pergamino «ilegible»: esto es lo que dice

Los pergaminos de Herculano, cerca de Pompeya, resultaron tan dañados por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. que los eruditos temieron que la antigua biblioteca se perdiera para siempre, pero eso acaba de cambiar.

Con la ayuda de la inteligencia artificial, una colorida palabra griega antigua ha surgido de un texto dañado en la erupción del Vesubio del año 79 d.C., marcando un hito importante en el intento de siglos de descifrar una biblioteca antigua sin parangón que se daba por perdida para siempre.

Esa palabra, πορφύραc [porphúra en alfabeto griego], que hace referencia al tinte púrpura o a la ropa de color púrpura (un color estrechamente asociado con la realeza y el poder) procede de uno de los famosos pergaminos de Herculano descubiertos por los trabajadores que excavaron en la antigua ciudad de Herculano, cerca de Pompeya, en 1752. Los aproximadamente 1800 rollos de papiro desenterrados (que se cree que contenían obras literarias y filosóficas de los siglos I y II a.C.) habían quedado reducidos a trozos quebradizos y carbonizados por el calor y los gases de la erupción. Y esos pergaminos carbonizados que los trabajadores no tiraron hace más de 250 años han languidecido desde entonces en los almacenes, considerados curiosidades ilegibles.

Los avances tecnológicos de las dos últimas décadas han ayudado a los investigadores a acercarse a la posibilidad de «leer» los frágiles pergaminos. Pero sólo la reciente aceleración de la inteligencia artificial y la informática han hecho posible empezar a desvelar sus secretos sin necesidad de abrirlos.

Esta primavera, investigadores respaldados por inversores de Silicon Valley (Estados Unidos) pusieron en marcha el Desafío del Vesubio, un concurso mundial que ofrece premios en metálico a los que consigan sacar de sus cáscaras carbonizadas los textos de Herculano, perdidos hace mucho tiempo, aplicando técnicas de aprendizaje automático a imágenes digitales de los pergaminos.

El concurso ha concedido hoy la primera parte del premio total de un millón de dólares (más o menos 950 000 euros) a dos concursantes (un estudiante universitario estadounidense y un estudiante egipcio de posgrado en Alemania) que han desvelado por separado al menos 10 letras de una pequeña zona de un pergamino intacto, incluida la colorida y completa «πορφύραc».

Con este logro, los científicos afirman estar ahora un paso más cerca de poder leer pasajes completos y (algún día) pergaminos enteros que antes se consideraban ilegibles.

«Sabíamos que si podíamos leer un solo [pergamino], todos los demás estarían disponibles con el mismo método o con algún método aumentado», afirma Brent Seales, informático de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos) que lleva 20 años intentando descifrar los pergaminos de Herculano y dirige la Iniciativa de Restauración Digital de la universidad. «Y éste es un gran momento porque ahora estamos demostrando no sólo a nosotros mismos, sino a toda la comunidad mundial, que los pergaminos se pueden leer».

La lectura de los pergaminos de Herculano, afirma, nos ayudará a conectarnos con el pasado de formas «asombrosas».

«Estas personas eran humanos como nosotros», añade Seales. «Eran intelectuales. Sus pensamientos eran complejos. Dice algo sobre lo que significa ser humano poder leer un pensamiento que vino directamente de una sola persona o de un grupo de personas hace tanto tiempo».

Una época «rodeada de misterio «

Desde mediados del siglo XVIII, se han hecho varios intentos de leer algunos de los pergaminos menos dañados de Herculano. Uno de los métodos consistía en cortar los pergaminos por la mitad y raspar las capas una a una para ver el texto del interior; otro consistía en desenrollar lentamente los pergaminos con una máquina especialmente construida para ello. Aunque estos esfuerzos de los siglos XVIII y XIX permitieron a los conservadores copiar algunas de las palabras del interior, a menudo dañaron (o, peor aún, destruyeron totalmente) muchos de los pergaminos en el proceso.

Muchos de los pergaminos abiertos anteriormente revelaban textos filosóficos griegos, incluidos algunos de los filósofos Epicuro y Filodemo. Pero, en general, se desconoce el contenido de los pergaminos sin abrir, y eso es parte de lo que hace tan atractiva la búsqueda para abrirlos. Además, los rollos de Herculano, descubiertos en una villa que probablemente perteneció al suegro de Julio César, representan la mayor biblioteca conocida de la Antigüedad clásica. Revelar sus textos sería una gran ayuda para los historiadores y para nuestra comprensión colectiva del pasado.

«Alrededor del 95% del material del periodo clásico se ha perdido, así que no tenemos nada, y sin embargo sabemos que fue uno de los periodos filosóficos más importantes de la humanidad», afirma Seales. «Es una época envuelta en el misterio de la que hemos perdido la mayor parte del material».

Entre 500 y 600 pergaminos carbonizados de Herculano (conservados en museos, universidades y colecciones nacionales de Inglaterra, Francia e Italia) permanecen sin abrir, aunque es difícil calcular la cifra exacta porque muchos están fragmentados. Los pergaminos son extremadamente frágiles, lo que significa que desenrollarlos físicamente no es una opción viable. «Si se te cae uno, se rompe como el cristal», explica Seales.

Los avances tecnológicos desde principios de la década de 2000 han ayudado a los investigadores a superar este obstáculo, como el uso de tomografías computarizadas para obtener imágenes en 3D de los pergaminos antiguos. A partir de ahí, el equipo de la Iniciativa de Restauración Digital desarrolló un software que podía «desenvolver virtualmente» las imágenes 3D para producir segmentos aplanados. Este método les permitió leer el texto hasta entonces oculto del pergamino de Ein Gedi, un pergamino carbonizado y fragmentado de Oriente Próximo datado en el siglo III o IV d.C.

Sin embargo, cuando los investigadores intentaron utilizar este método para leer los pergaminos carbonizados por el Vesubio, se toparon con otro obstáculo. La tinta utilizada en el pergamino de Ein Gedi contenía metal, por lo que las letras eran visibles en la tomografía. Los pergaminos de Herculano, en cambio, estaban escritos con tinta a base de carbono, lo que, para el ojo humano, hace que los símbolos no se distingan del papiro carbonizado en las tomografías.

Sin inmutarse, los investigadores se preguntaron si los escaneados de mayor resolución de los pergaminos producidos usando un acelerador de partículas podrían proporcionar una visión aún más detallada del papiro carbonizado. Efectivamente, a resoluciones muy altas, los escáneres revelaron zonas visibles en las que la tinta había alterado ligeramente la forma y la textura de las fibras del papiro. «La tinta a base de carbono rellena los agujeros que forman la cuadrícula del papiro, los recubre y los hace un poco más gruesos», explica Seales.

Seales y sus colegas de la Iniciativa de Restauración Digital desarrollaron y entrenaron un modelo de aprendizaje automático para detectar estas sutiles diferencias en las superficies carbonizadas del papiro. Pero para llevar el proyecto más lejos, necesitaban la ayuda de seres humanos. Ahí es donde entra en juego el Desafío Vesubio. Con la esperanza de aprovechar el poder colectivo de los ciudadanos científicos de todo el mundo, Seales se asoció con inversores de Silicon Valley y puso en línea los datos, el código y los métodos de su equipo para que cualquiera pudiera acceder a ellos. ¿El argumento del reto? Después de 275 años, el rompecabezas de los pergaminos de Herculano se ha reducido a un problema de software que, en teoría, cualquier persona, en cualquier lugar, con acceso a un ordenador podría contribuir a resolver.

En marzo, el equipo del reto publicó miles de imágenes en 3D de dos pergaminos enrollados, así como un algoritmo de aprendizaje automático entrenado para detectar las letras y símbolos invisibles escritos en las capas de papiro carbonizado. También ofrecieron un premio de un millón de dólares para incentivar a los participantes a mejorar la tecnología de IA y, en última instancia, acelerar el descifrado.

Dos competidores extrajeron el nuevo fragmento de texto por separado: Luke Farritor, un estudiante de 21 años de la Universidad de Nebraska-Lincoln (Estados Unidos), y Youssef Nader, un estudiante de doctorado de 26 años de la Universidad Libre de Berlín (Alemania). Como Farritor reveló el texto primero, ganó 40 000 dólares, mientras que Nader ganó 10 000 dólares. Los papirólogos también autentificaron sus hallazgos.

Aún está en juego el gran premio de 700 000 dólares, que se otorgará a la primera persona o equipo que revele al menos cuatro pasajes distintos de los dos pergaminos. Cada pasaje debe contener al menos 140 caracteres de texto continuo, sin que falte ni sea ilegible más del 15% de los caracteres, antes de finales de 2023.

Los ciudadanos científicos pueden encontrar en Internet todo lo que necesitan, desde la historia de los propios pergaminos hasta datos, algoritmos y tutoriales descargables. Y aunque el concurso está abierto a cualquiera, se trata de un trabajo técnico que hasta ahora ha atraído sobre todo a informáticos ya versados en el aprendizaje automático. Los concursantes están ayudando a avanzar en el proyecto desenvolviendo virtualmente secciones adicionales de los pergaminos mediante software y métodos desarrollados por Seales; también están trabajando para mejorar el modelo de aprendizaje automático proporcionándole ejemplos de entrenamiento adicionales a partir de los segmentos digitales de papiro recién desenvueltos.

Los pergaminos son legibles

Los competidores (se calcula que entre 1500 y 2000 en total, según Seales) han hecho su

parte. En sólo seis meses, han dado pasos de gigante hacia la resolución de este rompecabezas, incluidas las tres líneas completas de texto que Farritor y Nader revelaron recientemente. «Hemos visto 10 o 20 años de trabajo de estos competidores», dice Seales.

¿Qué motiva a los concursantes a dedicar horas y horas de su tiempo al proyecto? El premio en metálico es un factor importante (tanto Nader como Farritor dicen que quieren ganar el gran premio) pero, además, algunos concursantes están simplemente intrigados por los pergaminos en sí. «Cuando las cosas se ponían un poco frustrantes y no funcionaban, me sentía incapaz de rendirme porque sentía demasiada curiosidad: realmente necesito saber qué está pasando aquí», dice Nader.

También está el atractivo de trabajar en un proyecto respaldado por empresarios e inversores de Silicon Valley. Nat Friedman, antiguo CEO de GitHub, lanzó el concurso junto con Daniel Gross, inversor de capital riesgo; otros fundadores de startups e inversores también aportaron dinero para los premios. «Hay una especie de prestigio en Silicon Valley», dice Farritor, que pasó el verano haciendo prácticas en SpaceX.

A partir de aquí, el modelo de aprendizaje automático debería seguir mejorando aún más y revelar más letras hasta que, idealmente, los investigadores puedan descifrar todos los pergaminos de Herculano. Estos esfuerzos podrían allanar el camino para futuros trabajos de excavación en Herculano, donde algunos expertos creen que aún hay más pergaminos enterrados.

«Algunos podrían pensar: ‘¿Para qué te tomas tantas molestias?’, pero yo no lo creo», dice Seales. «Se trata de un periodo asombroso de la historia de la humanidad. Estamos hablando de más obras de ese periodo. Sí, quiero más, lo quiero todo».

https://www.nationalgeographic.es/historia/2023/10/inteligencia-artificial-desvela-secretos-pompeya-ia-descifrar-antiguo-pergamino-ilegible

Álvaro Abelenda Rodríguez (4ºB ESO)

Descubren el límite exacto de las placas tectónicas Europea y Africana, posible origen de tsunamis

Un nuevo estudio elaborado por un equipo internacional liderado por el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona y la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA) ha revelado la ubicación exacta del límite entre las placas tectónicas Europea y Africana, ubicado en la región del mar de Alborán. Asimismo, el trabajo evalúa su potencial capacidad de producir grandes terremotos que, a su vez, podrían desencadenar tsunamis devastadores en la costa.

El artículo, publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature Communications, define por primera vez la compleja geometría de este sistema de fallas activas y relata cómo estas se han ido moviendo durante los últimos 5 millones de años. Por último, el trabajo demuestra que el sistema ha absorbido casi toda la deformación del choque de placas en esta región.

“La calidad de nuestros datos ha permitido estudiar, por primera vez, la estructura profunda de estas fallas, y con ello cuantificar la deformación que acumulan. Los resultados muestran que se trata de uno de los sistemas de fallas más importantes de la región y que ha ido absorbiendo la mayor parte de la deformación causada con la colisión de las placas Euroasiática y Africana”, explica Laura Gómez de la Peña, investigadora del ICM-CSIC y autora principal del estudio.

Aunque la estructura geológica del subsuelo del mar de Alborán ha sido ampliamente estudiada desde los años 70, hasta ahora los datos no eran suficientemente precisos para entender la tectónica de la zona. Sin embargo, la calidad de los datos y las modernas metodologías empleadas para la realización del trabajo ha permitido caracterizar en detalle un sistema de fallas activas que se extiende a lo largo de 300 kilómetros de largo y se considera ahora el más importante, en cuanto a acumulación de deformación, de la Península Ibérica.

“Para la elaboración del estudio empleamos las últimas técnicas de adquisición de datos a bordo del buque oceanográfico español Sarmiento de Gamboa, y el procesado se diseñó específicamente para poder observar las estructuras descritas ahora por primera vez”, detalla el investigador del ICM-CSIC y profesor ICREA César R. Ranero, que también ha participado en el estudio.

Hasta ahora se desconocía si el Mar de Alborán albergaba fallas activas de grandes dimensiones, así como la ubicación exacta del límite tectónico donde chocan las placas Europea y Africana. Estos conocimientos son clave para reevaluar el riesgo sísmico y de tsunamis al que están expuestas las zonas costeras del Mediterráneo occidental.

Riesgo de tsunamis

De hecho, en otro artículo científico elaborado por el mismo grupo de expertos en colaboración con el GEOMAR (Alemania) y el INGV (Italia) los autores ahondan en el potencial tsunamigénico de este límite de placas y sugieren que este podría ser mayor de lo que se creía. La mayoría de los estudios anteriores sobre riesgo sísmico y de tsunamis no consideraban correctamente estas grandes fallas debido a la falta de datos, por lo que el riesgo se había infravalorado.

“Estos estudios son una primera valoración del potencial sísmico y de tsunamis de estas grandes fallas que hasta ahora desconocíamos prácticamente al completo y que deben ser minuciosamente evaluadas en futuros estudios”, concluye Gómez de la Peña.

https://www.lavanguardia.com/natural/20220923/8540864/descubren-limite-exacto-placas-tectonicas-europea-africana-posible-origen-tsunamis.html

Hugo Martín Ramilo (4ºB ESO)

Explicando el atractivo del miedo

Más de 1300 personas han participado este año en un sorteo para tener la oportunidad de pagar una noche en una habitación de hotel de Chattanooga, Tennessee (Estados Unidos). En concreto, una habitación supuestamente encantada donde Annalisa Netherly fue decapitada en 1927 por su amante.

La popularidad de esta rifa es sólo un ejemplo de la extendida devoción por asustarnos hasta la saciedad. Hay buenas razones, psicológicas y físicas, por las que nos gusta sentir terror.

Nuestra respuesta biológica al miedo es increíblemente compleja, e implica neurotransmisores y hormonas que afectan a zonas de todo el cerebro, desde la amígdala hasta el lóbulo frontal, dice el Dr. Elias Aboujaoude, profesor clínico de psiquiatría y ciencias del comportamiento en Stanford Medicine (EE. UU.) y jefe de la Sección de Trastornos de Ansiedad. Esta compleja respuesta activa otras emociones, tanto desagradables, como el estrés, como placenteras, como el alivio.

Nuestro cuerpo ha evolucionado para responder a lo que nos asusta preparándose para luchar o huir: dilatando las pupilas para ver mejor, ensanchando los bronquios para absorber más oxígeno y desviando sangre y glucosa a los órganos vitales y los músculos del esqueleto, explica Aboujaoude.

El efecto del miedo en todo el cuerpo puede ser estimulante y, psicológicamente, podemos sentir satisfacción o incluso triunfo cuando el objeto del miedo desaparece. A continuación, los expertos explican por qué sentir miedo puede ser tan adictivo.

La biología de la emoción

La adrenalina, la dopamina y el cortisol son tres sustancias químicas importantes que el ser humano ha evolucionado para liberar cuando se encuentra amenazado.

Cuando detectamos un peligro, nuestros instintos de lucha o huida se activan mediante la liberación de adrenalina. Según David Spiegel, catedrático de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de Stanford Medicine y director del Stanford Center on Stress and Health, este aumento de adrenalina aumenta funciones corporales como el ritmo cardíaco, la presión arterial y la frecuencia respiratoria. «Puede darte un ‘subidón’ como la ‘euforia del corredor’. Puedes sentirte vigoroso y enérgico».

La hormona del estrés, el cortisol, se libera constantemente para regular una serie de funciones corporales. Pero el cortisol puede aumentar cuando nos esforzamos por superar una situación o experiencia.

Esta hormona puede ayudar a mantenerse alerta tras el estallido inicial de las hormonas de «lucha o huida», incluida la adrenalina, e incluso desencadenar la liberación de glucosa del hígado para obtener energía durante una emergencia.

Cuando alguien tiene niveles crónicamente altos de cortisol, «no es bueno para su cuerpo», dice Spiegel. «Tu cuerpo está en pie de guerra crónica cuando no debería estarlo».

Tanto la adrenalina como el cortisol se asocian con el estrés, que puede provocar síntomas físicos de dolor en el pecho, dolores de cabeza o temblores, agotamiento, tensión muscular, y síntomas emocionales de irritabilidad, ataques de pánico, tristeza.

La dopamina es más bien un neurotransmisor del bienestar general. Se asocia con el placer y la expectativa o la experiencia de una recompensa, que puede incluir la superación de una amenaza «como superar el miedo, ganar una carrera, recibir respeto y aprobación de los demás», dice Spiegel.

Eso no significa que el objeto del miedo tenga que desaparecer antes de que la dopamina llegue: es la anticipación de la recompensa, afirma Spiegel. En el caso de los drogadictos, la dopamina les produce un subidón durante la búsqueda, incluso antes de conseguir la droga.

Cuando el miedo es divertido

Ya sea en una casa encantada o en una montaña rusa, Aboujaude afirma que el miedo puede volverse emocionante si sabemos que al final estaremos a salvo.

«Ciertos tipos de experiencias pueden darnos la ilusión de que, efectivamente, podemos dominar y sobrevivir a situaciones amenazadoras», afirma. «Enfrentarse a la amenaza se siente como una victoria, y de hecho puede ser bueno enfrentarse a lo que se teme».

Enfrentarse a cosas que dan miedo puede desensibilizar a algunas personas a sus efectos desencadenantes, ya que no ha pasado nada malo, pero también puede tener su lado negativo.

«Algunas personas obtienen más placer o alivio de esos encuentros y pueden encontrarse coqueteando con el peligro cuando no deberían», afirma Spiegel. Una persona sana puede ir a esquiar, conociendo los riesgos, y ser prudente, dice. Alguien que persigue una emoción puede ir más rápido de lo que sabe que es seguro. «El peligro implica una evaluación del riesgo, y si sales del otro lado habiendo sobrevivido al riesgo te sientes bien por ello».

Si has notado que las diversiones que dan miedo, como las casas encantadas y las películas de terror, suelen ir dirigidas a adolescentes y adultos jóvenes, también hay una conexión.

«Es la edad demográfica en la que realmente intentan enfrentarse a la mortalidad, a lo que temen y a lo valientes que pueden llegar a ser», dice Tok Thompson, profesor de antropología de la USC Dornsife en California (Estados Unidos) que imparte un curso sobre historias de fantasmas. Enfrentarse a los miedos forma parte de la edad adulta en todas las culturas, afirma.

«Muy a menudo se trata de una empresa social, muy a menudo es la juventud la que se pone a prueba a sí misma para ver si una casa encantada está realmente encantada», afirma.

¿Qué nos asusta?

Algunos miedos humanos están «preprogramados» a través de la evolución, afirma Alice Flaherty, profesora asociada de neurología y psiquiatría de la Universidad de Harvard. Nuestros antepasados aprendieron a evitar los estímulos que les asustaban, lo que les ayudó a sobrevivir y a transmitirnos esos instintos.

«Los niños no necesitan aprender a tener miedo a los ruidos fuertes, las arañas, las serpientes, la sangre y los objetos que se acercan rápidamente», dice Flaherty, refiriéndose a lo que se llaman miedos innatos, que según ella están «configurados».

Pero la mayoría de los demás miedos se desarrollan a través de la experiencia. Son tan variados como individuos hay que los aprenden: desde el miedo de por vida a los perros tras sufrir una mordedura de niño, hasta el miedo a las abejas tras sufrir una reacción alérgica a una picadura.

En lo que respecta a estos estímulos de miedo, las investigaciones demuestran que no es necesario que sean reales para asustar, pero un mayor realismo hace que asusten más.

«Es de esperar que una serpiente real asuste más que una simulación de realidad virtual de la misma y que, a su vez, asuste más que una fotografía granulada», afirma Aboujaoude.

También sabemos que el miedo varía según el sexo, afirma Flaherty. «Todo el mundo dice que a los chicos les gustan más las películas de miedo que a las mujeres, pero hay pruebas muy sólidas de que ellos se identifican con el depredador y las mujeres con las víctimas», afirma.

Nuestro panteón del miedo es la razón por la que en un lugar como Scream-a-Geddon, un parque de terror de 24 hectáreas en Estados Unidos, encontrarás una amplia red de tácticas para asustar, dice el director de marketing, Jon Pianki. En este parque que incluye payasos, brujas, una escena carcelaria y un experimento biocientífico que sale mal, la mayoría de la gente llega en pareja o forma parte de un grupo de amigos.

«No creo que la gente se asuste de la misma manera que se asustaría ante un encuentro en un callejón oscuro», afirma Pianki, y añade que la experiencia en el parque está diseñada para «crear ansiedad», pero también con momentos de alivio: «La gente entra caminando despacio, apiñada en grupos; luego, en cuanto acaba el susto, salen gritando y riendo».

https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2023/10/pasar-miedo-por-que-gusta-tanto

Santiago Piay Roa (4ºB ESO)